La escritora española-marroquí Najat El Hachmi gana el 77 Premio Nadal con El lunes nos querrán

07/01/2021 - 10:00 am

La escritora española de origen marroquí explicó que la obra ganadora cuenta con dos mujeres protagonistas de familias musulmanas y “la búsqueda de su libertad tanto a nivel familiar como laboral”. María Barbal, por su parte, obtuvo el 53 Premio Josep Pla de prosa en catalán con la novela Tàndem.

Por Jose Oliva

Barcelona, España, 7 de enero (EFE).- La escritora española de origen marroquí Najat El Hachmi ganó este miércoles el 77 Premio Nadal con la novela El lunes nos querrán.

El Hachmi, que se había presentado al premio bajo el seudónimo de Cristina López y con el título ficticio de Intrusas, explicó que la obra ganadora cuenta con dos mujeres protagonistas de familias musulmanas y “la búsqueda de su libertad tanto a nivel familiar como laboral”.

María Barbal, por su parte, obtuvo el 53 Premio Josep Pla de prosa en catalán con la novela Tàndem. El fallo de ambos premios tuvo lugar, debido a las restricciones por la pandemia, en una insólita conferencia de prensa a la que solo asistieron periodistas en el mismo céntrico hotel en el que habitualmente tiene lugar la velada que da el pistoletazo del nuevo año literario, que congrega a invitados del mundo de la cultura y de la política.

La escritora Maria Barbal, ganadora de la 53ª edición del Premio Josep Pla con su obra “Tandem”, posa con el galardón durante el fallo del jurado, en Barcelona. Foto: EFE

El lunes nos querrán, que se publicará el 10 de febrero en Destino y el mismo día en lengua catalana en Edicions 62, narra, explicó El Hachmi, “la amistad entre dos mujeres jóvenes, hijas de la inmigración marroquí, en los años previos a la crisis”.

La novela pretende reflejar las dificultades que afrontan al vivir en “un barrio de mayoría inmigrante y segregado urbanísticamente, en el que la emancipación e independencia de la mujer es fuertemente cuestionada”.

Las dos protagonistas intentan evitar la ruptura frontal con sus familias pero se sienten tremendamente frágiles al emprender caminos que en su entorno ninguna mujer ha tomado antes, tales como estudiar una carrera universitaria o tener un trabajo remunerado.

Su espíritu pionero no tendrá siempre recompensa y experimentarán cómo los roles de género son difíciles de cambiar y el amor que pondrán en práctica por primera vez les dejará un sabor agridulce.

Irán descubriendo que la sociedad de la que ya se sienten parte las rechaza de una forma sutil y pronto entenderán que convertirse en “mujer trabajadora” no era algo tan fácil como creían, pero “aún así siguen adelante intentando tener una vida mínimamente digna”.

El Hachmi quiso dedicar su novela a esas mujeres que “se salieron del camino recto para poder ser libres”, que en pleno siglo XXI “viven en condiciones en las que la libertad parece estar muy lejos”, a las que dijo que “sí hay posibilidades para tener una vida mínimamente digna”.

El titulo, revela El Hachmi, tiene que ver con que las dos jóvenes empiezan creyendo que si no las quieren es por su culpa, porque tienen que seguir las normas que les dictan las modas o sus familias tradicionales, pero que acaban viendo que si no las aceptan no es porque tengan que cambiar”.

Najat El Hachmi confesó que para ella ganar el Nadal tiene un valor especial porque “en su momento este premio supuso la posibilidad de que a través de la literatura se pudieran articular discursos alternativos a los discursos oficiales y ‘Nada’ de Carmen Laforet es un buen ejemplo”.

Y añadió: “Aunque hoy no existe la censura como cuando Laforet escribió, sí que hay muchas realidades que de facto son censuradas, porque se invisibilizan en los medios de más impacto o quedan fuera del foco por saturación”.

Aunque se trata de su primera novela en castellano, El Hachmi revela que la escribió en castellano y en catalán en “un proceso interesante e intenso en el que ambos manuscritos se nutrieron mutuamente”, algo que tiene que ver con su propia experiencia y el haber conocido a mujeres como las que salen en la novela, que “hablaban indistintamente en catalán y en castellano”.

“Ha sido positivo para mí recuperar esa parte de la realidad y visibilizar esa realidad multilingüe en la que he vivido desde los 8 años”, explicó.

A pesar de que el resultado creativo ha sido dos manuscritos, aclara la autora que “los personajes y los hechos que ocurren y los temas no cambian de una lengua a otra, lo que varia es el ritmo del propio texto”.

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